Así podrían llamarme pues para mi es prácticamente una necesidad, una manía o un TOC como lo llaman ahora. Para todo lo que hago debo tener un guión, una lista de chequeo, y es que siempre me han funcionado, pues me ayudan a organizar mentalmente el total y lo pendiente, para ir chequeando lo que voy terminando, y para ubicar fácilmente dánde voy y cuánto me falta.
Como muchas cosas en la vida, es un hábito que se aprende y se adquiere. En mi caso lo aprendí de mi mami, pues ella siempre ha cargado una libretica donde lleva la lista de todo… hasta de lo que le va a decir al médico en su cita.
Desde que lo adopté como un método me ha sido de muchísima utilidad ya que optimizo mi tiempo y se me dejaron de olvidar las cosas. Las uso tanto tanto que hasta las he clasificado en 4 tipos:
Las de tener a la mano
Son las que voy llenando en la medida que voy recordándolas. Por ejemplo: La lista del mercado, la lista de la maleta antes de viajar, la lista de lo que me falta aprender, la lista de los hashtags. Estas las llevo en la app Keep para apuntar en el momento en que me acuerde de algo nuevo.
Las de chequeo
Cuando tengo una tarea que se repite, le creo una lista para verificar que todos los pasos se siguieron o que tuve en cuenta todos los elementos. Por ejemplo, cuando organizaba una boda, tenia una lista de chequeo (checklist) del día de la boda para confirmar que nada hubiera faltado por llevar o por confirmar.
Las de lo nuevo:
Cuando empiezo un proyecto lo primero es hacer la lista de las actividades y las tareas a realizar, estas luego se pasan a cronogramas o diagramas, pero hacerlas desde el inicio me ayuda a entender y proyectar el trabajo, a organizar mejor mi tiempo y a disminuir los imprevistos. Por ejemplo: cuando llega un nuevo cliente, al crear una página web o un nuevo vídeo.
Las de los pendientes
Desde que trabajaba en oficina usaba mi lista de pendientes, que llevo en un cuaderno. Cada lunes empiezo una nueva hoja, en los primeros 15 minutos de la jornada. Despues de revisar (y chulear) lo terminado la semana anterior, vuelvo a escribir lo que sigue pendiente.
Descubrí que el sólo ejercicio de escribirlo de nuevo me ayuda a traer a la memoria ese pendiente y darle una prioridad. Y si la demora no depende de mi, me ayuda a llevar la trazabilidad de cuánto lleva este pendiente y porqué no se ha solucionado.
Como ves, SI, tengo mi obsesión con las listas. Cuántos más como yo?